EL ARCHIVO: RAZÓN DE SER
“El archivo eclesiástico, memoria, escuela y cultura”.
El Archivo Histórico Convento San Francisco Solano- cuya sigla es AHCSF- por la índole de la entidad que le da origen, es un archivo eclesiástico y privado, condición que le señala características particulares. Para la iglesia, los archivos eclesiásticos son “lugares donde se conserva la memoria de las comunidades cristianas y a la vez (son) factores de cultura”: recogen sistemáticamente los datos con lo que se ha escrito la historia de la comunidad eclesial y conservan las fuentes de desarrollo histórico de la propia comunidad, junto a las que se refieren a la actividad litúrgica y sacramental, educativa y asistencial, apostólica, y por ende, de las obras misionales, de apostolado y de caridad.
A la vez, sus documentos se refieren a las relaciones jurídicas entre las diversas comunidades, instituciones y personas.
Pertenece asimismo, al ámbito privado, al estar sujeto a las normas propias de la Orden Franciscana, por lo cual es autónomo en su reglamentación y particular en su organización, hallándose sujeto a las disposiciones establecidas por el Código de Derecho Canónico. Su material se presta a toda una serie de análisis interdisciplinares y es en esta escuela de la historia donde pueden encontrarse nuevas perspectivas.
Adquiere singular importancia en el marco de la gestión y planificación de un archivo de esta naturaleza, la decisión de la Fraternidad del Convento San Francisco Solano de su puesta en servicio.
Como patrimonio que hay que conservar para transmitirlo y utilizarlo, el Archivo Histórico ha sido posible gracias a la claridad y firmeza que tuvo en su tarea de archivero y cronista, por casi treinta años, el R. P. fray José Luis Padrós y por cuya labor el archivo lleva su nombre.
Se trata de Patrimonio de indudable riqueza por sus fuentes históricas de primer orden, y aquí es necesario reconocer también, la labor que realizaron los frailes que llegaron a la Villa de la Concepción del Río Cuarto para la conservación de los documentos, y los que les fueron sucediendo.
En este itinerario se destacan, desde el primer momento, Fray Moisés Álvarez, como autor del primer Libro de Crónicas del Colegio Apostólico de Padres Franciscanos de Propaganda Fide de San Francisco Solano de la ciudad del Río Cuarto, fechada el 6 de junio de 1882. Se la conoce como “Primera época del Colegio”, y va desde la fundación del convento en 1856 hasta la muerte del P. Álvarez (1882). El Segundo Libro de Crónicas es escrito por el cronólogo y misionero P.Fr. Quírico Porreca, que sucede al P. Fr. Moisés Álvarez. Abarca el período 1882 -1889, denominado Segunda época.
El Archivo Histórico del Convento San Francisco Solano reúne un importante repositorio estrechamente relacionado con la historia regional y franciscana de la pampa central, desde la fundación del convento (1856). Conserva las Crónicas fundacionales y el acervo documental desde sus inicios: documentos, cartas, facultades, tratados de paz, negociaciones y pactos, rescate de cautivos, decretos, documentos de orden eclesiástico, civil, relaciones con los Gobiernos del Municipio, de la Provincia y de la Nación, del Colegio Propaganda Fide y sus Prefectos de Misiones, así como los jefes indios – caciques ranqueles-, y las autoridades militares que tenían su asiento en la Comandancia de Fronteras.
Su acervo documental- que se complementa con una colección de fotografías de la época- se vincula principalmente a un importante periodo de la historia nacional, de la última mitad del S. XIX y primeras décadas del S. XX, a las cuales se le agrega una interesante e importante colección de diarios antiguos; Eco de Córdoba y el Eco de Rio Cuarto.
A su vez el Archivo conserva parte de la antigua biblioteca conventual “Benedicto XV” con importantes obras, ediciones muy antiguas, colecciones de teología y filosofía; diccionarios de latín, catalán e italiano, entre otras de liturgia, de archivología, ciencias auxiliares y conservación preventiva.
La importancia del Archivo Histórico no se limita al cuidado y conservación de su acervo patrimonial, sino a preservar en la memoria social la riqueza histórica de nuestro pasado, de tal modo que las presentes y futuras generaciones reconozcan la identidad cultural de un pueblo o nación fomentando la diversidad, la libertad y la paz social.